¿Qué es la maldad?

Pregunta Bíblica #12

Creo que cuando concebimos de la maldad, solemos concebir de ella como lo opuesto al bien. Y eso es verdad, en parte, pero no nos da el cuadro completo, y puede llevar a confusión. El bien y el mal son realidades opuestas, pero no son realidades iguales. ¿Qué quiero decir por eso? Que el bien y el mal son realidades, pero no están en la misma categoría.

Opuestas, pero no iguales

Os lo explico de esta manera. El bien realmente existe, y es una realidad necesaria. El bien no puede no ser una realidad, y la razón es muy simple, porque Dios es la definición del bien. Como dice el apologista William Lane Craig, “Dios no solo es perfectamente bueno, sino que es el centro, la fuente y el paradigma del valor moral.” Dios existe por necesidad, su carácter santo es el estándar del bien, por lo tanto, el bien existe por necesidad. Lo voy a simplificar: Si Dios existe, el bien existe. 

Pero la maldad no es igual al bien, en cuanto a su realidad, porque el mal no es una realidad necesaria. El mal no tiene que ser una realidad, (aunque reconocemos que es una realidad). Y sabemos esto, porque Dios es completamente bueno (no hay maldad en él), y él es el único ser que existe por necesidad.

«Si Dios existe, el bien existe.»

Así que, no nos imaginemos nunca el bien y el mal como dos principios o realidades co-eternas o co-iguales. Trágicamente a lo largo de la historia de la humanidad ha habido algunas ideas, algunas filosofías, que han concebido del bien y del mal de esta manera, como si fuesen dos principios o dos realidades que son iguales, y que están luchando para ver quién predomina. No podemos ni debemos concebir del bien y del mal de esa manera. El bien es una realidad necesaria, el mal no.

Conocidas, pero de forma diferente

Pero hay otra diferencia esencial entre el bien y el mal, y es esta: podemos conocer el bien, porque el carácter santo de Dios es el estándar del bien, y él nos ha revelado su caracter. Pero ¿cómo conocemos el mal? Solo conocemos el mal en contraste al bien. En otras palabras, no hay un ser similar a Dios, que es la versión mala de Dios, y al que miramos para entender lo que es el mal. No, solo conocemos el mal en contraste al bien.

Definición

Entonces, si queremos definir el mal, no lo podemos definir como definimos el bien. Nosotros podemos decir, “el bien es aquello que se conforma al carácter santo de Dios”, y podemos definirlo positivamente, en términos de lo que es. Pero con el mal, tenemos que definirlo negativamente, en términos de lo que no es. Tenemos que definir la maldad en términos de negación. La maldad, entonces, ¿qué es? Pues no te puedo decir lo que es. Te tengo que decir, lo que no es.

Negación 

La maldad es la negación de lo bueno (lo no bueno). Por ejemplo, solo piensa en cómo la Biblia describe la maldad. La maldad es impiedad, injusticia, inmoralidad, etc…

Ahora, sabemos lo que es piedad, sabemos lo que es justicia, y sabemos lo que es moralidad. ¿Y sabes cómo lo sabemos? Porque conocemos a Dios. Dios es la definición de la piedad, Dios es justo, y Dios es el estándar de la moralidad. 

Pero ¿qué es, entonces, el prefijo ‘im’ e ‘in’? ¿Qué significa eso? Nada. Simplemente es negación, nada más. Si intentas definir el mal sin referencia al bien, no puedes. Si lo haces, te quedas sin nada. 

«Si intentas definir el mal sin referencia al bien, no puedes. Si lo haces, te quedas sin nada.»

Pero también podemos definir la maldad en términos de privación. 

Privación 

La privación es la ausencia o falta de alguna cosa que deberíamos tener, pero que no tenemos. ¿Cuál sería un ejemplo de privación? Como ser humano yo debería tener visión, pero si por cualquier motivo he nacido sin la capacidad de ver, o he tenido un accidente que me ha privado de ver, entonces me falta algo, tengo una carencia de algo, que debería tener.

Entonces, usando el concepto de la privación podemos definir la maldad como la carencia o falta de perfección moral. Dios creó perfección (y aquí no estoy hablando de perfección absoluta—solo Dios es absolutamente perfecto), y donde hay una carencia de esa perfección, hay maldad. 

Conclusión

En conclusión, la maldad es una realidad, pero no es igual al bien. La maldad no es un ser, ni mucho menos una cosa creada. No tiene sustancia (no la conocemos por sí misma, sino solo en contraste al bien). La maldad es la negación del bien. La maldad es la carencia o falta de perfección moral.

Este vídeo es un fragmento del sermón ‘El origen del mal’ de la serie: El Problema del Mal.

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